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Las raíces paganas del Carnaval

Origen del carnaval

El carnaval es la fiesta pagana por excelencia del calendario. Y aún  a pesar de su marcado origen pagano, es una fiesta condicionada por el calendario litúrgico cristiano católico, ya que marca el inicio de la Cuaresma, y la preparación para la Semana Santa o Pascua de Resurrección. El carácter paganizante de muchas de las celebraciones tradicionales españolas y europeas, y aún a pesar de sus vestiduras o condicionamientos cristianos y mayormente católicos, no será sino una muestra más de las dos fuentes de pensamiento tradicional que nutren la cultura occidental, aún a pesar de la Modernidad…

Origen del Carnaval

La palabra carnaval, es en sí misma un italianismo que a los largo del siglo XVIII y XIX sustituye el término medieval español para esas mismas fiestas, que era el de “carnestolendas” y “antruejo”. El primero de estor términos haciendo referencia muy posiblemente al fin o “corte” de lo carnal antes de la Cuaresma. Y el “antruejo” al término latino introtius, que no será sino “entrada” en el tiempo penitencial también de la Cuaresma.

Liberación fugaz de los instintos en el marco controlado de una fiesta, liberación breve de los criterios y términos de autoridad también durante esa fiesta, celebración del anuncio del fin del invierno y llegada próxima de la primavera (“Pascua Florida”), rito propiciatorio de fertilidad agrícola tras el invierno… Son diversos los significados que el estudio especializado nos da de las fiestas del carnaval, no siendo menor el de celebración sin más de la fuerza liberadora de la alegría, la risa y la vida vivida con sentido del humor y espíritu de divertimento; a través de las típicas mascaradas, los desfiles y carrozas, las comparsas, los bailes de disfraces, la bebida, la comida y en ocasiones el sexo. No es de extrañar por ello que en tiempos de deriva pacata y puritana,  el carnaval no se haya visto con buenos ojos…

En todo caso el carnaval es una fiesta en la que confluyen muchas otras:

Primeramente, las antiguas fiestas romanas de las saturnales y las equirria; las primeras de las cuales la Iglesia desplazó de su ubicación tradicional en el calendario, para no hacerlas coincidir con la Navidad, colocándolas entonces junto a las fiestas romanas de fin del invierno y comienzo de la primavera. Fiestas conocidas como “esquirrias”, y en las que se organizaban carreras de carros en honor a Marte, dios protector de la ciudad. Todo ello entre bailes y jolgorios en los que las carreras de carros, simbolizaban el paso del Sol “al otro lado”  de los fríos invernales. Estas fiestas se celebrarán entre el 27 de febrero y el 14 de marzo, y en medio de ellas, el 1 de marzo, se celebraba “la procesión de los Ancilia y la mamuralia”. Festejos en los que se combinaba por un lado el culto piadoso a Marte, y por otro la celebración jocosa y burlesca.

En segundo lugar, las raíces paganas del carnaval, no pueden dejar de hacer referencia a las Antesterias griegas. Fiestas que tenían lugar los días 5, 6 y 7 de febrero, y que se celebraban en honor a Dionisio. Divinidad por excelencia de la embriaguez.

Eran fiestas en las que se abrían las vasijas en las que se guardaba el vino nuevo, y se ofrecía a los asistentes a las puertas del templo de Dionisio. Siendo que al día siguiente, se organizaba una gran procesión en la que se escenificaba la llegada de Dionisio y su cortejo a la ciudad. Como se pensaba que llegaba por mar, la carroza principal de la procesión representaba un barco o nave en el que Dionisio y la “flor y nata” de su corte, entre danzas, flautas, vino y bailes, festejaban la embriaguez… Terminada la procesión, se rememoraba la boda de Dionisio y la hermosa a la par que fuerte Ariadna, que abandonada por Teseo en la isla de Naxos, asumió con entereza su abandono y contemplando con gesto sereno y lágrimas en los ojos su destino, fue tal su hermosura que enamoró al mismísimo Dionisio…

El tercer día, a modo ya de “entierro de la sardina”, la fiesta recordaba a los difuntos rogando por ellos a Dionisio, dios que muere y resucita. Al tiempo que mediante un rito consagrado a Hermes, señor del viaje al Más allá, se expulsaba a los keres. Espíritus malignos que pretenden secuestrar las almas de los difuntos, cuando éstas están transitando al otro lado.

Pasados en cualquier caso los días de excesos y desbordamiento del carnaval, llega “doña Cuaresma”, preparación penitencial y ascética para la Pascua de Resurrección o “Pascua Florida”, culminación de la Cuaresma a la que sigue la esperanza y plenitud del Domingo de Resurrección. Fiesta que como veremos en otra ocasión, también tendrá interesantes ribetes paganizantes.

El carnaval se ubica entonces en el calendario de acuerdo al propio calendario cristiano y la Semana Santa, pero a su vez su origen es pagano. No deriva así de la doctrina cristiana, sino de la mentalidad pagana de la Europa antigua. Mentalidad que sacraliza los ciclos naturales dándolos una lectura simbólica, que aporta enseñanzas espirituales al alma del devoto. El orden o “cosmos” del Universo, sus ritmos y ciclos, como indicaciones para la ordenación del alma, y el entendimiento de la propia vida y sus etapas…

En la Orden del Toledo Oculto la fuente del Misterio y la Leyenda está en la Tradición, y es en nuestras Rutas por Toledo, que todas las enseñanzas que la memoria tradicional atesora, nos sirven de guía.

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